martes, 20 de abril de 2010

Por fin se queda

¡Ya era hora! El eximio alcalde de Sevilla ha terminado de deshojar la margarita. Podemos respirar tranquilos. Ha decidido apurar el mandato, permaneciendo un año más al frente del Ayuntamiento. Eso sí, ¿faltaría más?, lo hace en primer lugar por el bien de la ciudad, y también por indicación de los mentores de su propio partido. ¡Ah! No se puede olvidar. Según él mismo ha puesto de manifiesto, ha influido asímismo el fuerte clamor popular para que agote el mandato. Ignoro el fundamento del último argumento. Que yo sepa en ningún medio de comunicación ha aparecido ninguna encuesta en este sentido. Es más, el señor Monteisirín es una figura muy controvertida, incluso para muchos ciudadanos que podemos considerar de izquierdas.
Para mí el hecho que se haya decidido a continuar se explicaría fundamentalmente por la promesa de sus superiores jerárquicos de asignarle un cargo importante sin necesidad de que tenga que efectuar un desplazamiento domiciliario. Es decir, que de beneficiar a los ciudadanos de Sevilla nada de nada. Además, aunque no es probable, espero que el cargo no tenga nada que ver con la sanidad, pues dado el largo período de profesional de la política necesitaría un prolongado reciclaje, dándose por sentado que ya habrá olvidado las nociones que le impartieron en la licenciatura. En fin, esperemos que le asignen un cargo inocuo, aunque sea inútil. Total, entre tantos cargos perfectamente prescindibles como hay, uno más apenas se notará.
Antonio Rojas Romero

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