sábado, 6 de abril de 2013

Breves impresiones sobre un viaje a Menorca

 Entre los días 24 del pasado mes de marzo y el 2 del mes actual he efectuado un viaje a esta isla mediterránea organizado por Mundosenior.
   El traslado y el regreso en sendos vuelos directos los hemos realizado con total normalidad, Si acaso habría que reseñar un leve retraso en el viaje de ida a cargo de la compañía aérea Vueling, motivado seguramente porque tuvimos que esperar el aterrizaje del avión que nos trasladaría al aeropuerto de Menorca, situado muy cerca de Mahón.
   El hotel donde nos hemos hospedado está situado en la población de Arenal d´en Castel, dependiente del municipio de Es Mercadal , un pueblo ubicado en el interior. El hotel se llama Aguamarina y está enclavado al lado de una pequeña ensenada que es como una especie de miniatura de la playa de la Concha en San Sebastián. Lástima que nos alojásemos en el edificio B, puesto que el A es el que tiene las vistas más bonitas hacia el mar.
  De todas maneras, nos correspondió una habitación de la tercera planta, concretamente la 3067 que daba hacia el este, aunque no podíamos ver la salida del sol porque nos lo impedían unos pinos.
   En líneas generales, se puede decir que el hotel ha estado bastante aceptable, no solo respecto a la habitación, con suficiente amplitud y buena limpieza, sino también con referencia a lasa comidas, en plan autoservicio y con una notable variedad de ofertas. Quizás el aspecto más flojo podría ser el referente a los postres de frutas, reducidos a naranjas y manzanas, pequeñas y no de muy agradable vista, compensaqdo en cierta manera con los postres elaborados, especialamente el arroz con leche. Además, el horario del restaurante era bastante amplio, con un margen de dos horas para el desayuno y la cena, y de una hora y tres cuartos para el almuerzo. Si hubiera que darle una calificación, le podríamos adjudicar tranquilamente un notable alto.
   Pasando ya al apartado turístico, tengo una cosa meridianamente clara. Si no hubiera sido porque hemos alquilado un coche durante una semana hubiera sido imposible adquirir el conocimiento bastante completo de la isla que en estos días hemos conseguido. Claro que para eso se ha necesitado la colaboración de dos parejas con una cuidada planificación de cada uno de los recorridos. En este sentido la paciencia y la prudencia del conductor, Antonio Bautista, ha sido fundamental. Hay que tener en cuenta que hemos circulado por carreteras y hasta caminos ( los camis de chevals) muy estrechos, carentes en su mayoría de arcén, y en el caso de los caminos limitados a ambos lados por paredes de piedra. Menos mal, que aunque nuestra estancia ha coincidido con la Semana Santa, puede ser considerada como temporada baja y no había apenas tráfico, pues el cruce de dos vehículos en sentido contrario resulta para los no iniciados bastante problemático. Bueno, yo también he aportado mi pequeño granito de arena. Mi misión consistía en planificar cada una de las salidas, procurando siempre combinar los aspectos paisajísticos naturales  con las contrucciones humanas. Esto queire decir que si por la mañana visitábamos algunos de los yacimientos arqueológicos, tan abundantes en Menorca, por la tarde nos dedicábamos a contemplar los cabos y calas muy abundantes también especialemente en la costa septentrional. También me ocupaba de señalar la dirección que teníamos que tomar, auxiliado en este caso con un plano de la isla.
  No tienen nada que ver este tipo de excursiones con las organizadas en plan gregario por Mundosenior por varias razones. Organizándote por tu cuenta gozas de una gran flexibilidad a la hora de fijar los objetivos de tus visitas y también en lo referente al tiempo que quieres dedicar a contemplar cualquier paisaje natural o un monumento artístico. Solo te detienes en lo que realmente te produce placer y no tienes que soportar visitas tediosas que a veces buscan únicamente un mayor lucro de la entidad organizadora. Todos sabemos que en los viajes de Mundosenior lo que más encarece son las excursiones, planteadas muchas veces de una forma descaradamente mercantilista. Digánme si no, en una isla pequeña como Menosca, cuya distancia mayor de este a oeste no llega a cincuenta kilómetros que sentido tiene organizar excursiones para tener que almorzar fuera del hotel. En este caso había tres de este tipo, cuyos precios superaban en todos los casos los 45 euros por persona, cuando la vuelta al hotel para almorzar podría suponer en el peor de los casos una media hora.. Por eso, otra gran ventaja de alquilar un coche es que resulta mucho más económico. En nuestro caso concreto el alquiler semanal nos ha salido por 98 euros (14 euros diarios) y la gasolina nos ha supuesto un total de 80 euros. Si el importe total lo dividimos entre cuatro personas cabemos a 44,50 euros, es decir, menos de los que nos hubiese costado un solo viaje de los que incluyesen el almuerzo fuera del hotel. Y hay que tener en cuenta que hemos efectuado 14 salidas, una por la mañana y otra por la tarde, y hemos recorrido en total unos 850 kilómetros.
   Dentro de los accidentes costeros que hemos visita yo destacaría los cabos de Caballería, Fornell y Faváritx, todos ubicados en la costa norte, donde puede apreciarse perfectamente la estructura geológica del terreno, con rocas hercinianas, a diferencia del sur donde predominan las calñizas. En cuanto a las calas citaría la cala Molí, la cala Morell y la cala de Algallarens también la costa norte. En el oeste, cerca de Ciudadela, la cala en Blanes. En el sur la cala Galdana y en Porter, y en el sureste la cala de Punta Prima.
   En cuanto a los yacimientos megalíticos destacaría dos situados muy cerca de Mahón: el de Trepucó y el de Talatí de Dalt. Al sur de Alaior se encuentra el más amplio de toda la isla, el de Torre d´en Galmés, donde lo más curioso es el sistema que tenían para recoger el agua de la lluvia e incluso para purificarla. Debo reconocer que en cierta manera la célebre naveta des Tudons, muy cerca de Ciudadela, me defraudó. La esperaba más monumental.
  En cuanto a las dos ciudades más importantes, Mahón y Ciudadela, la actual y la antigua capital de la isla, no tienen grandes edificios histórico-artísticos, en parte porque en el siglo XVI sufrieron sendos ataques y saqueos de los piratas berberiscos y de los turcos. Parece mentira que los reyes de la Casa de Austria en el período de máximo esplendor del Imperio español descuidasen de tal manera las defensas costeras. Cuando ya se decidieron a proteger el estratégico puerto de Mahón, en el reinado de Isabel II, con la construcción de la fortaleza de la Mota, el sistema defensivo implantado ya estaba obsoleto, debido a los avances tecnológicos en el plano militar. Por cierto que la visita a dichas instalaciones,desde mi punto de vista, es perfectamente prescindible, puesto que allí no queda practicamente nada, salvo unas galerías interminables y una torre casi derruida que cosntruyeron los ingleses, que como todos sabemos controlaron la isla durante la mayor parte del siglo XVIII.
  Para terminar quiero poner de manifiesto la inmensa amabilidad de todos los menorquines con los que hemos teratado. Cada vez que formulábamos una pregunta la gente respondía con una gran cordialidad. En este sentido no tengo más remedio que mencionar a Vicent, el primo de Maina, que nos dedicó una mañana completa para mostrarnos la explotación agrícola de su amigo Pere, muy cerca de Alaior. Este hombre, con una infinita laboriosidad y paciencia ha hecho de su finca una auténtica obra de arte, elaborando una serie de instalaciones, la mayoría para recoger el agua de la lluvia, inspiradas algunas de ellas en el arquitecto Antonio Gaudí. Además, ha diseñado varios animales africanos dotados de un gran realismo: un rinoceronte, una elefanta con su cría y ahora mismo está enfrascado en diseñar un hipopótamo. Sin lugar a duda, de todas las cosas que hemos visto ha sido seguramente la que más nos ha impactado.

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