sábado, 13 de febrero de 2016

Impresiones sobre mi último viaje a Madrid (1)

Ha tenido lugar entre los días 4 y 10 del presente mes de febrero. Concretando más, salimos de Sevilla , de la estación de Santa Justa, a las 9,15 del jueves, y regresamos a la misma a las 21,30 horas del miércoles siguiente.
 Tanto en un sentido como en otro realizamos el viaje en el AVE, de forma rápida y cómoda, máxime teniendo en cuenta que en ambas ocasiones tuvimos la suerte de poder conseguir asiento en vagones silenciosos, un buen invento desde mi punto de vista, pues así no te ves obligado a soportar las estridentes peroratas de los ejecutivos de turno, perpetradas a través de sus móviles.
 Durante toda nuestra estancia en la capital el tiempo se ha portado correctamente, aunque la mayor parte del tiempo el cielo ha permanecido encapotado.
 Nos hemos hospedados en el piso de mi cuñada Chari, sito en el barrio de la Alameda de Osuna, conectado con el centro de Madrid por medio de la línea 5 del metro, un medio de transporte que no suelo coger en Sevilla y que no deja de sorprenderme por su puntualidad, pues lo máximo que he llegado a esperar han sido cinco minutos. Por cierto que aparte de cosas ya asumidas como la constante presencia de pedigüeños y de músicos ambulantes he de resaltar dos aspectos. Por un lado que ya casi nadie porta un libro de lectura sino que la mayoría manipula un teléfono móvil, lo cual denota desde mi punto de vista una clara banalización de la cultura; por otro, en esto lios madrileños se parecen bastante a los sevillanos, practicamente nadie respeta los asientos reservados a la personas con movilidad reducida.

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