viernes, 30 de octubre de 2009

¿Un milagro?

Tanto en el escrito de alegaciones como en el de petición de prórroga, ambos presentados el pasado mes de agosto, el Arzobispado de Sevilla pone de manifiesto que la razón fundamental para que las obras de la nueva iglesia no se hayan realizado es la falta de recursos financieros. Por eso resulta muy chocante la gran celeridad que las obras han adquirido últimamente, hasta el punto de no respetar siquiera el plazo para que el Ayuntamiento dictara la correspondiente resolución para dirimir el conflicto. Así ha sido: la resolución se dictó el 17 de septiembre, pero las obras se habían reanudado ya desde principios de dicho mes. Esto significa que el Arzobispado cuenta con un topo en el servicio de Patrimonio, que cumplió fielmente su cometido, avisando de que había vía libre. Como siempre, los jerarcas de la Iglesia católica han jugado con ventaja.
Pero, ¿qué ha podido ocurrir para que las arcas del Arzobispado, de improviso, se hallen pletóricas de fondos? ¿De dónde habrá procedido ese maná maravilloso? Se me ocurre una posible explicación. Tal vez los resursos financieros procedan de esas almas generosas que a su muerte se verán compensadas con el hecho de que sus cenizas puedan descansar en el columbario que ya deberá estar practicamente construido. Si. Han leído bien. En una primera fase lo que más prisa corre no es precisamente la construcción de un templo, sino la del mencionado columbario, cuya finalidad fundamental no sería otra más que la de allegar fondos para la segunda fase, en la que entraría la construcción del templo. ¡Ah! Se me olvidaba. También entra en la primera fase la construcción de la vivienda del párroco, más otra para el coadjutor. No sé cómo conseguirán esta mano de obra, dada la escasez de vocaciones, pero ellos suelen decir que Dios proveerá.

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