lunes, 7 de mayo de 2012

Excursión a Cádiz

    El miércoles pasado, día 18, organicé una visita cultural a Cádiz, aprovechando la conmemoración del bicentenario de la Constitución de 1812. El grupo lo formábamos 28 personas, casi todos profesores y profesoras de Enseñanza Primeria y Secundaria, todos ya jubilados, y la mayoría procedentes del Colegio Público "Candelaria" y del Instituto "Martínez Montañés". El medio de transporte que utilizamos la inmensa mayoría fue el ferrocarril, Salimos en un tren que sale de la estación de Santa Justa a las 7,45 y regresamos en otro que parte de la estación de Cadiz a las 20,10.
     Nada más llegar a Cádiz fuimos a paso ligero en dirección al oratorio San Felipe Neri. Tuvimos la suerte de que en el camino nos encontramos con el marido de una prima de María José, que iba caminando por el Paseo de Canalejas. Él nos ayudó a llegar por el camino más corto por el dédalo de calles del casco antiguo de la ciudad (aunque hay que decir que el trazado urbano de Cádiz es más regular que el de Sevilla, exceptuando los barrios más antiguos, como el del Pópulo o Santa María).
   Lo primero que hicimos es visitar el Centro de Interpretación de la Cosntitución de 1812. Se trata de un montaje audivisual donde con pantallas y carteles nos exponen un recorrido histórico sobre aquella época. Está planteado de forma didáctica. Lo ha instalado una empresa madrileña denominada Soluciones para el Medio Ambiente, S.L. y el presupuesto ha sido de 550.000 euros. Allí deslicé algunas explicaciones sobre diversos hechos históricos. La vista terminó con la visión de una proyección desde el paraiso inferior del oratorio, precisamente uno de los tres donde el pueblo, exceptuando las mujeres, podían contemplar las sesiones de las Cortes de Cádiz. Virtualmente se simula una sesión donde se enfrentan un diputado liberal contra otro absolutista.
    Seguidamente entramos en el oratorio San Felipe Neri. Allí ya no entró todo el grupo compacto, pues se había producido una cierta disgregación. En una pantalla interactiva conocimos algunos aspectos arquitectónicos del monumento y ya sentados una descripción del retablo mayor, donde lo más interesante es una Inmaculada de Murillo.
  No estaría de más reseñar que en la rehabilitación del propio oratorio y también del edificiio anexo la Consejería de Obras Públicas ha invertido un total de 7.800.000, que sumados a lo gastado en el montaje audiovisual hacen un total de 8.350.000 euros. La parte más beneficiada de todo esto, como siempre, será la Iglesia Católica, pues el obispado de Cádiz-Ceuta recibirá todo el edificio desde el día 1 del mes de enero, una vez pasados los fastos del Bicentenario, prefectamente remozado y completamente gratis.
  Luego nos dirigimos al Museo de las Cortes de Cádiz, encontrándonos con la desagradable sorpresa de que no nos dejan pasar al grupo completo con el argumento de que el aforo estaba completo y de que deberíamos haber reservado previamente. Yo no lo hice por dos motivos. Primero piorque en el folleto de presentación del Museo no decía nada respecto a la necesidad de reservas para grupos. Segundo porque no era un destino fundamental, ya que es una exposición permanente que se puede visitar cualquier día, incluso pasado el 2012. Aún así, aunque yo no entré sí lo hicieron aquellios miembros del grupo que lo consideraron oportuno. Quedamos en vernos en la Plaza San Antonio para participar en una pequeña visita guíada a la sede del antiguo Casino Gaditano a las 12,30.
  A la hora prevista todo el grupo participó en la visita guíada que se basó en dos estancias: el patio central, de carácter neomudéjar, y la biblioteca, donde una chica llamada Ana María nos fue explicando las diversas colecciones. Le dimos las gracias por su buena disposición, pues hay que tener en cuenta que el edificio alberga en la actualidad un club privado y que normalmente solo es accesible par los visitantes el patio central.
   Tras unas breves notas referentes a otros edificios significativos de la plaza de San Antonio, tales como la Casa Aramburu, el antiguo Café Apolo, centro importante de tertulias político-literarias, y a la casa donde se efectuó el primer sorteo de la Lotería Nacional, nos dirigimos, pasando por la plaza Mina, hacia el monumento a las Cortes y la Constitución de Cádiz.
  Después de uns breves referencias sobre el pepel del actual edificio de la Diputación Provincial, que era la Aduana en la época de las Cortes de Cádiz, pasé a realizar una crítica descripción del contenido iconográfico del Monumentos a las Cortes y la Constitución de Cádiz. Hice un cierto paralelismo con el caso de las obras de la Exposición Iberoamericana de Sevilla, pues su construcción se demoró en el tiempo, fundamentalmente por problemas económicos.. Precisamente allí nos hizo una foto Antonio Bautista, que ya he recibido por correo electrónico.
   Luego seguimos en dirección a la Alameda Apodaca. Nos detuvimos para analizar las Casas de la Cinco y las Cuatro Torres, como tipos de viviendas emblemáticas de aquella época. Hacemos lo propio en la plaza Argüelles, uno de los padres de la Constitución de 1812, que vivió en esa plaza, en una casa donde aparece un rótulo, y donde se dice que redactó el preámbulo de la misma. En este mismo lugar también asesinaron al general Solano, tachándolo de traidor por apoyar a los franceses.
  Ya con el grupo disminuido, puesto que yo los he citado ya para las 5 de la tarde donde he solicitado cita en la Casa Pinillos, anexo del Museo de Cádiz, para visitar la exposición En-clave de Historia. Cada cual debe buscar un sitio para almorzar, aparte de que ya hay varias personas que debido a sus limitaciones físicas han dado por terminada la excursión.
    El grupo más numeroso llegamos hasta las inmediaciones de la iglesia del Carmen, la cual se encuentra cerrada. Seguimos por la calle Bendición de Dios hasta llegar a la plaza del Mentidero. Allí decidimos quedarnos a comer en un restaurante-bar llamado El Serrallo. Otro pequeño grupo, dirigido por Nieves, se dirigiío a la plaza de la Flores, pues ella prefería comer en una freiduría.
  Después de comer nos pasamos por la Torre Tavira ya que había varias personas que pensaban subir para otear diversas vistas de la ciudad, pero dado que la sala de los espejos no estaba expedita renunciaron a subir. Así que desembocamos en la calle Ancha. Allí tomamos un café. Después nos encaminamos ya hacia la plaza Mina.
   Visitamos la ya mencionada exposición cuyo nombre completo es "En-clave de hsitoria. El legado de Cádiz a la memoria histórica de España". La pieza más significativa de la misma es el original de la Constitución de la Pepa, traído expresamente desde el archivo del Congreso de los Diputados. La exposición está organizada de forma cronológica desde la fundación de la ciudad por los fenicios hasta la revuelta cantonal, siendo Fermín Salvoechea el último persona representado.
 Luego vamos caminando por la calle San Francisco hasta la plaza San Juan de Dios y desde allí hasta la calle Concepción Arenal donde se encuentra la última exposición que pensamos visitar. Se trata además de una de las más interesantes. Se exponen los tesoros preincas de la cultura mochica y el título de la exposición es "El señor de Sipán, Huaca de la Luna y la Dama de Cao". El edificio que la alberga es la Casa de Iberoamérica, antigua Cárcel Real. Aunque se exponen joyas muy valiosas, quizás lo más importante es la perfección de la colección de cerámicas, muy notables por su diseño inmejorable.
  Ya de vuelta en el tren aprovechamos para comentar los artículos más interesantes de la Constitución de 1812, donde se combinan aspectos novedosos como los nuevos derechos para los ciudadanos (libertad de imprenta, inviolabilidad del domicilio, abolición de la práctica de la tortura, etc) con conceciones al Antiguo Régimen como ocurre con su defensa acérrima de la religión católica.
  Pero para terminar la crónica de la pasada semana también tengo que aludir a la asistencia a sendas sesiones las tardes del lunes y del martes. El lunes asistí a una conferencia en el Aula Magna de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla. El conferenciante, un joven profesor universitario, arremetió sin piedad contra las instituciones que nos han conducido al actual estado de crisis. Expuso muchos datos y también utilizó citas de autores famosos, pero la exposición tuvo un carácter un tanto farragoso. El martes la sesión tuvo lugar en el salón de actos de la Casa de la Provincia. Después de una mesa redonda sobre la represión en la comarca de la Campiña, pronunció una conferencia el catedrático Leandro Álvarez del Rey acerca de los tribunales represivos especiales creados por el franquismo en la posguerra, tales como el Tribunal de Responsabilidades Políticas o el de la Represión de la Masonería y del Comunismo. En el coloquio le formulé una cuestión sobre si los tribunales franquistas admitían la delación anónima, al igual que el antguo Tribunal de la Inquisición. La respuesta fue afirmativa, pero no muy enclarecedora.
   

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